Nehemías es un libro que nos está dejando un modelo de liderazgo sin precedentes. Está apuntalando nuestras familias porque nos esta enseñando un sin fin de estrategias para defendernos de los ataques que constantemente sufrimos.
Nuestros valores, nuestros principios, la fidelidad, la paternidad, el amor entre los hermanos, la familia unida y muchos conceptos mas, están siendo avasallados por las corrientes modernas donde todo vale si te hace sentir bien. Pero sobre todos los ataques, creo que el ataque mas frecuente de éstos tiempos no lo recibimos de causas externas sino de nuestro “yo”. El boom de las redes sociales y del reino del "YO" hace que los desánimos sean mas profundos, las frustraciones sean mas severas, porque lo único que inflamos es quien soy, que comparto, que hago, que vivo.
Entonces me surge una pregunta
Entonces me surge una pregunta
¿Cómo volver a pensar en el otro?
Creo que la lectura y el estudio que vimos en el capítulo 8, hizo quebrantar el "yo" de cada persona del pueblo junto a Nehemías porque leímos que Dios los unió como “un solo hombre”. Ésta unidad que provocó Dios a traves de la lectura de la ley, hizo que cada uno deje de pensar en si mismo para pensar como grupo, como equipo, como familia. Entonces me surge una segunda pregunta
¿Cómo mantener una mente enfocada en mi familia, sin descuidar mis responsabilidades como líder de mi hogar?
En éste capítulo nueve se relaciona mucho con el consejo del Salmista en el capítulo 103, cuando nos dice "Bendice alma mia a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios". Cada miembro de la familia tiene responsabilidades que cumplir, pero cuando vemos la responsabilidad como un equipo, nuestra mirada cambia, nuestro enfoque es distinto. Es por eso que me parece muy oportuno que estudiemos la oración congregacional mas grande de toda la Biblia. Existen tres capítulos 9 en la Biblia que contienen oraciones, una está en el del libro de Esdras, la otra en Daniel y la que vamos a estudiar hoy.
Un sólo principio me gustaría que recordemos del capítulo 8 es que nunca nuestro sentido de responsabilidad, o el dolor y la culpa por el pecado debe ser mas grande que el gozo que sentimos cuando Dios nos perdona y nos acepta nuevamente.
1 El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí. 2 Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres. 3 Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios.
Cuando nos exponemos a la palabra de Dios, nos pasa lo que le pasó al pueblo, nos afligimos porque necesitamos cambiar nuestras ideas y la actitud del cilicio, del ayuno, denota un reconocimiento que solos no podemos. Ellos necesitaban limpiarse de tantos años fuera de comunión y por eso en dos oportunidades nos habla que se pusieron de pie para confesar sus pecados durante 3 horas y luego otras 3 horas para adorar a su Dios.
En cierta convención de pastores y líderes, sobre el final, en el tiempo de preguntas y de testimonios, hubo un joven que se levantó entre la multitud y dijo bien fuerte: -Saben una cosa, yo nunca estoy caído! Muchos comenzaron a murmurar y a decir, pero éste jóven no escuchó ningún mensaje! Quién se cree que es? Luego continuó diciendo: -Yo nunca estoy caído, porque o estoy de pie o me estoy levantando! Y hubo un gran silencio en la sala. Es justamente lo que pasa con personas que reconocen su pecado y deciden seguir adelante, se levantan y se ponen de pie para adorar y agradecer a Dios por su maravilloso perdón. Los rastros de una sincera confesión, nos hace ponernos de pie y avanzar en el camino, porque Dios nos acepta nuevamente.
4 Luego se levantaron sobre la grada de los levitas, Jesúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani, y clamaron en voz alta a Jehová su Dios. 5 Y dijeron los levitas Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza.
La alabanza a Dios siempre necesita un lugar, una posición y un fundamento. Y el único fundamento que genera una sincera alabanza es el que nace de un corazón quebrantado. Cada uno de éstos levitas (ministros de alabanza) claman en voz alta y me resulta interesante como lo expresa la versión en lenguaje actual (LTA): "Dios nuestro, no son suficientes las palabras para darte la alabanza que mereces". La alabanza de éstos líderes tenía cómo único objetivo contagiar de esa emoción al pueblo para que se levante y adore al que realmente había hecho posible la reconstrucción de los muros. La oración que vamos a leer a continuación es una oración congregacional que hizo todo el pueblo. De hecho la versión LTA, expresa en el comienzo del vs 6: Luego el pueblo oró así:
6 Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.
La creación de Dios nos rodea de tal forma que sólo basta con abrir nuestros ojos y ver un bello arbol o las aves cantando o el mar rompiendo olas en la costa, para que alabemos su grandeza. Admirar es mirar algo con profundidad. El pueblo comenzó por el principio y el principio es Dios y su creación. El pueblo estaba con los ojos puestos en el cielo y declarando que El solamente podía dar la vida necesaria!
7 Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham; 8 y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo.
Abraham, el primer patriarca es el primero que menciona la oración y quizás por su importancia en la historia del pueblo de Israel, quizás porque Dios le prometió una gran descendencia. Notan como las tierras que Dios le dió a Abraham le pertenecían a otros. Esos pueblos que no creían en Dios fueron expropiados celestialmente hablando. No te parece interesante como Dios mueve su mano en favor de los que le buscan y a veces, lo hace en maneras que no lo esperamos y puede utilizar aun a personas que no creen en Dios para bendecirnos, porque El es soberano.
9 Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo; 10 e hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra, porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día.
La oración hace foco en Dios y en su provisión. Notemos las palabras "miraste", "oiste", "hiciste". En la oración nacional hacen énfasis en las cosas que hace Dios por nosotros, notemos que no hay un "nosotros", o un "ustedes", ni muchos menos encontramos un "yo". Si bien están recordando la misericordia de Dios en el tiempo que estuvieron en Egipto y lo seguirán haciendo en los posteriores versículos, me encanta la idea de que así como lo hiciste con ellos, tu poder está intacto. La última frase me fascina! Como "linkean" el poder de Dios en las señales que hizo Moises y Aaron frente al Faraon con la gran reconstrucción que estaban viviendo.
11 Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en las profundidades, como una piedra en profundas aguas. 12 Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir.
Cuando una persona recuerda un milagro en el pasado, no sólo lo trae a la mente, sino que en cierta manera lo vuelve a vivir. Ellos necesitaban un norte, pues habían pasado muchos años fuera de Jerusalen, su idioma ni si quiera era el de sus abuelos y quería volver a seguir guiados por Dios. Recuerdan la columna de nube y dicen: "Tu les mostraste el camino que debían seguir" y en cierta manera eso mismo querían para ellos, eso mismo quería Nehemías y Esdras con la reconstrucción del templo y de los muros.
13 Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos, 14 y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley. 15 Les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías.
Aquí está haciendo una clara referencia a los 10 mandamientos que Dios le dió a Moises en el monte Sinaí y que lindos son los adjetivo que le ponen a esos mandamientos. Son rectos, son buenos, son verdaderos. La palabra de Dios nos dice en Romanos 12 "renueven su manera de pensar, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta".
Aun cuando éste mundo nos invite a vivir sin reglas, sin límites, nosotros vamos en contra mano porque sabemos que lo mejor de Dios no siempre es lo que nosotros pensamos que es lo mejor. Cuando recuerdan la provisión de Dios, recuerdan su dependencia a El. Es que luego de un gran éxito como la reconstrucción de los muros, quizás alguno se sentía con fuerza de seguir y con cierta autosuficiencia. Si pudimos con el muro, podremos con el resto de los desafíos. Dios les había hablado en su palabra y luego de un gran avivamiento, es muy probable que sintamos que podemos y justo ahí, es donde somos mas vulnerables. Es por queso que recordar que Dios le dió el "maná" al pueblo diariamente excepto los sábados, es recordar que en todo momento debemos depender de Él.
16 Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos. 17 No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste.
Aquí aparecen los grandes contrastes en la oración. Aun con toda la provisión de Dios, ellos, nosotros, fuimos soberbios y nos olvidamos de Dios, justamente porque pensamos que podemos solos. La palabra "mas" es, aunque les diste todo lo que necesitaban, ellos... se rebelaron y aparece los preciosos "pero" de Dios. Pero tu no los abandonaste porque eres paciente, eres bueno y grande es tu misericordia. Cuando recuerdan la rebelión en la oración, lo hacen con un sólo propósito y es el de recordar que Dios sigue ahí! El no se mueve, aun cuando nosotros nos apartamos de el.
Cierta noche un hombre tuvo un sueño. Soñó que caminaba en la playa con Jesús. En cada escena de su sueño se dejaban ver dos pares de huellas en la arena. Un par eran las suyas y el otro par eran las de Jesus. En la última escena de su vida volvió la vista a las huellas en la arena y notó algo. Se dió cuenta que muchas veces en el camino aparecían un sólo par de huellas y curiosamente ésto sucedía en los momentos mas tristes de su vida. Fue entonces cuando le quiso preguntar al Maestro: "Señor, cuando decidí seguirte, tu tambien me prometiste caminar conmigo por todo el camino, pero he notado que en los pasos más difíciles de mi vida, sólo se dejaban ver un par de huellas. No comprendo por que, en los momentos que más te necesitaba, tu me abandonaste. El Señor le contestó: "Mi amado hijo, te amo infinitamente y nunca jamás te dejé ni te dejaré. Donde tu viste un sólo par de huellas, son las mias cuando te llevaba en mis brazos.
18 Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y cometieron grandes abominaciones, 19 tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.
Es como si dijeran, no solo la "pifeamos" sino que la embarramos mal, muy mal cuando hicimos un monumento ya que quisimos reemplazarte Dios y nuevamente se enfocan en el Señor cuando dicen "tu" y repiten por segunda vez la columna de nube, poniendo todo el énfasis en que la guía del Señor está siempre con nosotros.
Un avivamiento es aquel que trae a nuestras vidas el concepto que Dios siempre está dispuesto a perdonarnos y a darnos una segunda oportunidad, porque su amor es eterno. Vamos a hacer una pausa y vamos a meditar en éstos 19 versículos. Que lindo es saber que Dios no piensa como nosotros. Cuando alguien nos defrauda nosotros perdemos la expectativa de que poder confiar en esa persona que nos estafó. Dios es ese padre amoroso como la historia que contó Jesus en Lucas 15 donde cada tarde salía a ver si su hijo volvía.
Algunas preguntas para meditar
- ¿En qué estoy pensando más, en mis necesidades o en mi familia?
- ¿Cómo puedo formar el hábito de depender de Dios en cada paso que doy?
- ¿Cómo debo reaccionar ante el pecado personal o el pecado de mi familia?
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