Si bien podemos sacar muchas mas enseñanzas, me quiero detener en éstas dos características que tanto necesitamos, tanto en nuestro matrimonio, como en nuestro trabajo, como en nuestras relaciones con amigos, con la familia o en cualquier situación que se nos presente.
Ustedes se acuerdan bien de las tristes noticias que recibió Nehemías por parte de su hermano Hanani. Nehemías estaba muy cómodo con su trabajo y tampoco era responsable de la ruina de los muros en Jerusalen "pero" su corazón se estremeció ante la necesidad de sus hermanos, los hijos de Israel vs 6.
La Wikipedia define empatia como la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir. Me pregunto ¿Cómo está nuestra capacidad cognitiva con respecto a mi esposa/o, a mis hijos, a mis compañeros de trabajo, a mis jefes, etc? En la oración de Nehemias 1 podemos ver como éste gran lider se despoja de su posición y se humilla, pide perdón por los pecados de su pueblo, declara las promesas de Dios y le pide un plan para ayudarlos. ¿Nos preocupamos por conocer el contexto de lo que siente el otro?
Y podríamos seguir hablando y escribiendo mucho sobre la empatía, pero la segunda cualidad que me gustaría ver en el capítulo 2 es la pertinencia. Nehemías se preparó 4 meses para ese momento cuando el Rey le pregunta qué pides. Saber leer el tiempo, saber cuando es tiempo de hablar y cuando de callar. No solo fue pertinente frente al rey, sino tambien cuando llegó a Jerusalen y les dió el discurso de apertura vs 16 en adelante. Nehemias supo motivar a su equipo en medio de la ruina y puso el enfoque en el verdadero motor de la reconstrucción "el Dios de los cielos, Él nos prosperará".
No hay mejor receta, ni mejor maestro para aprender a ser pertinentes que pedirle a Espíritu Santo que sea nuestra fuente de sabiduría y nos ayude a discernir cuando es el momento justo, cual es la palabra justa y quien es la persona indicada para decírsela.
Que Dios nos ayude a renovar nuestra empatía, primero con nuestra familia y podamos simplemente ponernos en el lugar de nuestra pareja. Y que sea Dios quien nos capacite para decir la palabra que sana, que cubre, que consuela en el momento indicado.
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