Introducción a Nehemias

Vamos a estudiar un libro que ha sido muy utilizado para hablar sobre liderazgo, sobre cómo desarrollar un buen equipo de trabajo, cómo enfrentar la oposición, el desánimo y otras desafíos de la vida cristiana.

¿Por qué elegimos éste libro para compartir entre los matrimonios? 

  1. En primer lugar porque Nehemías es un hombre laico, es decir, no es un sacerdote como Esdras o un Apostol como Pedro. Es un hombre de negocios, que estando en una posición de poder, muy cerca del Rey Artajerjes, sintió el desafío de servir a Dios. Cada uno de nosotros somos “laicos” como Nehemías, ya que trabajamos para mantener su familia y también servimos a Dios en el tiempo que nos resta. 
  2. En segundo lugar porque Nehemías dirigió un equipo, nosotros dirigimos nuestras familias. Estar al frente no es fácil, pues llevar el liderazgo que Dios quiere sobre nuestras familias es un gran desafío en nuestros días. No es necesario que seamos misioneros o estemos sirviendo el 100 % de nuestro tiempo a Dios, para comprender cómo funciona un equipo conforme al corazón de Dios. Podemos ser siervos laicos como Nehemías y ser utilizados por Dios para convertir a nuestras familias, en un equipo fuerte que pueda hacer frente a los desafíos que hoy el mundo nos impone. 
  3. En tercer y último lugar porque Nehemías reconstruyó los muros de Jerusalén. Los muros en los tiempos antiguos era la primer defensa que tenían los pueblos para defender sus ciudades. Los muros son la seguridad de un pueblo. Los muros son las fortalezas que nos mantienen firmes. Nuestras familias necesitan muros. Basta con prender la televisión para ver que ya no importa la fidelidad en el matrimonio, la obediencia de los hijos, la familia en su conjunto ya casi no existe. No hay series de televisión sobre la familia. Para contrarestar todas éstas influencias, necesitamos construir los muros de nuestras familias. 
El contexto histórico.
Luego de los reinados de Saul, David y Salomón, el reinado del pueblo de Israel se divide en el reino del sur y el reino del norte El reino del sur con bajo el liderazgo de Roboam en la ciudad de Jerusalem con solamente 2 de las 12 tribus, Judá y Benjamin. Por otro lado el reino del norte, también llamados de los disidentes, que pusieron a Jeroboan por Rey, con su capital en Siquem, Tirsa y por último fue Samaría.
Ambos Reinados tuvieron reyes buenos y malos, es decir, reyes que pusieron a Dios en primer lugar y otros que adoraban a los dioses paganos de la época. Entre ambos reinos se dividen tambien las historias de los profetas que encontramos en la Biblia.
En el Reino del Norte encontramos a los profetas Elias, Eliseo, Amos, Oseas, también estuvo por ahí Jonás para el reino de Asiria. Por su parte, el Reino del Sur tuvo algunos Reyes conocidos por destruir los ídolos y reconstruir la relación del pueblo de Judá con Dios, como Josafat y Josías, pero enseguida venían otros reyes que volvían a poner altares y generar un pueblo idólatra. Con éste reino del sur encontramos a los profetas Joel, Isaias, Miqueas, Jeremías, Daniel y otros.

Deportación
Ambos reinos son deportados. Primero cae Samaria (Reino del Sur) en el 772 A.C. bajo los asirios y y son dispersados. Luego cerca del año 587 A.C. cae Judá (Reino del Norte) pues son atacadas por el famoso rey Nabucodonosor y son todos deportados a Babilonia por 70 años de cautiverio. Pero Dios no se había olvidado de ellos. Luego vino el imperio Medo-Persa, cuyos reyes eran Ciro y Dario. Dios usó a Ciro para cumplir su palabra (Ver Jeremias 29:10) y justo en ese tiempo, comenzó la proclamación para que todos los judíos que quieran, puedan regresar a Judá.

Restauración
Encontramos tres movimientos de restauración. El primero fue encabezado por Zorobabel en el año 538 A.C. con aproximadamente cincuenta mil judíos. El segundo fue encabezado por el sacerdote Esdras, 80 años después, 458 A.C., con unos mil setecientos varones. Y el tercero, el que vamos a estudiar nosotros, estuvo a cargo de Nehemías, el copero de Artajerjes, en el año 444 A.C., donde salieron unos pocos hombres pero con una escolta militar.

Algunas preguntas que esperamos responder en el estudio de Nehemias. 

  • ¿Cómo reaccionar ante una mala noticia? 
  • ¿Cómo fomentar la unidad del equipo? 
  • ¿Cómo trabajar juntos en la obra? 
  • ¿Cómo enfrentar el desánimo y la crítica? 
  • ¿Cómo ser un buen líder en el hogar, en el trabajo, en la iglesia? 
  • ¿Cómo vivir una vida de oración? 
  • ¿Cómo mantenerse puro en una sociedad impura? 
El nombre
El nombre de Nehemías es una palabra hebrea que significa “el Señor es consolación”. Si hay algo que aprendemos primero como hijos y luego como padres, es el valor del consuelo. Cuando nos lastimaba alguien en el colegio y volvíamos a casa esperando el consuelo de mamá y papá, te acordás? Hoy cuando tu hijo se lastima, se cae, algo le sucede a tu esposa o algún hermano menor, debemos consolar. Pero no siempre tenemos las palabras, el valor o la fuerza necesaria para hacerlo, ¿verdad?
¡Qué bueno que al comenzar a estudiar el libro de Nehemías, lo primero que nos recuerda su Nombre es que el Señor es consolación. Nuestro desafío por lo tanto será conocer más de lo que Dios hizo, y cómo utilizó a Nehemías para comprender, consolar y fortalecer al pueblo.

El libro de Nehemías es el vehículo por el cual conoceremos al Dios Consolador. Notemos que el mismo apóstol Pablo en (2 Cor. 3) su 2da carta a los Corintios, alaba a Dios y lo llama “Dios de toda consolación. Es fácil decirlo, pero cuán difícil es vivirlo. Dice Pablo que cuanto más grande es la aflicción, más grande será el consuelo de Dios. Nehemías, hoy nos invita a conocer a un Dios Consolador para que nosotros podamos consolar a otros. Ver estudio “Sirviendo a Dios con mi Matrimonio

Nehemías es más que una linda historia, es un libro donde Dios se mueve constantemente, utilizando a Nehemias y a su equipo para terminar de construir los muros. La vigencia de la historia es notable. Todos tenemos crisis, luchas y diferentes oposiciones muy parecidas y veremos en el libro cómo Dios ayudó a Nehemias. Nehemías es un libro lleno de oraciones. Cortas, largas, espontáneas, preparadas, etc. Haremos mucho énfasis en cada una de las oraciones de Nehemias, porque son muy importantes para comprender como afectan a nuestro crecimiento espiritual.

Hay 10 frases relevantes en el libro que me gustaría mencionar.

  1. La bondadosa mano de Dios está conmigo: 2:8 
  2. Levantémonos y edifiquemos: 2:18 
  3. El Dios de los cielos, él nos prosperará: 2:20 
  4. El pueblo tuvo ánimo para trabajar: 4:6 
  5. Acordaos del Señor grande y temible, y combatid: 4:14 
  6. Y nuestro Dios combatirá por nosotros: 4:20 
  7. Oh Dios, fortalece mis manos: 6:9 
  8. Esta obra ha sido llevada a cabo por nuestro Dios: 6:16 
  9. El gozo de Jehová es vuestra fortaleza: 8:10 
  10. Acuérdate de ellos, oh Dios mío: 13:29,31 
Los muros de nuestras vidas

Al volver al libro para estudiar en detalle las características de Nehemías, consideremos un pasaje de Isaías 49:15, 16: ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. Lo que Dios decía a su pueblo era lo siguiente: "Las vidas de ustedes son como muros, que están continuamente delante de mí. He escrito las vidas de ustedes en mis manos".
Nuestras vidas son delante de Dios, lo que eran los muros para Jerusalén. Francamente, pienso que los muros de nuestras vidas a menudo están en ruinas a causa de la negligencia. El Líder que nos conduce a reconstruir los muros es el Espíritu Santo, y Él, es el que continúa la obra de reconstrucción dentro de nosotros. Él hace lo mejor que puede para llamarnos la atención sobre la condición de nuestros muros, pero algunas veces no oímos lo que nos dice.
Sin embargo, no somos tardos para oir, simplemente no oímos. La pregunta es ¿por qué nos cuesta oir lo que el Espíritu Santo quiere decirnos? ¿Quién está lejos de quién?

Ver estudio “La escucha activa en el matrimonio

Algunos de los seguidores de Cristo que leen estas páginas viven con los muros de sus vidas rodeados de ruinas, y todo comenzó muy lentamente. Primero se aflojó un ladrillo o una parte de la mezcla. Luego apareció una grieta en el muro. Luego la parte agrietada se hizo trizas, y se abrió un agujero. Quizás por causa del descuido, o por la maleza de la carnalidad nuestros muros comenzaron a acostumbrarse a vivir en las ruinas. Tal vez vos seas conocido como un buen cristiano. Pero en tu corazón, sabes que hay ruinas en tu corazón en el mismo sentido en que estaba Jerusalén. Las circunstancias que rodean tu vida espiritual, que la protegen y defienden están por el suelo. Pecados tales como el egoísmo, la falta de disciplina, la procastinación, la inmoralidad, el hecho de no tener tiempo para Dios, el compromiso con el mundo y la rebelión han llegado y sembrado sus horribles semillas. Y esta siembra ha comenzado a dar su fruto de muerte. Ver estudio “Evitando el burn-out de nuestros matrimonios”

3 Fraces para ver la restauración en Nehemías.

Fase 1: Inventario 
Nehemías se informó y se preocupó antes de emprender su proyecto. La primera fase fue la etapa de evaluación. Como ya veremos mas adelante, Nehemías recorrió todo el muro y las puertas destruidas. Ver Nehemias 2:13. Hoy en día es muy común vivir vidas superficiales, frías, distantes con respecto a Dios. Tenemos la tendencia a tomarlo a Él en forma liviana. Como si El fuera nuestro gran compañero de intimidades. Luego nos escondemos detrás de la frase "nadie es perfecto". "Al fin y al cabo -nos decimos a nosotros mismos-, yo soy mejor que aquel y aquel otro, o nos ponemos contentos afirmando que somos mejor de lo que eramos antes". Si esta es nuestra actitud, sólo nos estamos acostumbrando a lo que somos y lo peor de todo, es que el enemigo está viviendo en nuestros campamentos porque nuestros muros están destruidos.

Fase 2: Reconstrucción
La preocupación de Nehemías lo condujo a la segunda fase: la reconstrucción. El oró a Dios suplicando dirección y corrección. ¿Estamos tan ocupados que no tenemos tiempo para orar? Solemos decir, “Si tan sólo tuviera mas tiempo! ¡Ah, nunca he estado tan ocupado! ¡En toda mi vida, jamás había estado tan ocupado!" Es posible que piense: "Bueno, no tengo suficiente tiempo durante el día". Entonces, levántate más temprano! O quizás puedas separar la hora del almuerzo para estar con el Señor. Vos no podes darse el lujo de no tener tiempo diariamente para estar con Dios. Se dijo de Hudson Taylor que el sol nunca salió durante cuarenta años en la China, sin que Dios lo hallara a él de rodillas orando a favor de esa gran tierra. La reconstrucción es, francamente, una tarea difícil. La constancia es la necesidad de nuestra hora. Pero la erosión es nuestra constante batalla. Poco a poco, el proceso se pone en movimiento. Nadie, ni nada en nuestras vidas se derrumba de un día para otro, la decadencia es paulatina, como lo vimos, ocurre cuando se afloja el primer tramo de mezcla y uno de los ladrillos cae a un lado. Usted lo deja ahí caído. Luego cae otro, y así sucesivamente.

Fase 3: Constancia
Finalmente, Nehemías se enfrentó con honradez a la situación y determinó permanecer en ella hasta que la tarea hubiera terminado. La tercera fase fue la perseverancia. Tal vez estemos dispuestos a pedir perdon por nuestros pecados. Quizás podemos confesar a otras personas nuestro pasado o nuestro triste presente. Pero hasta que no lleguemos al punto de no retorno y podamos decir como leemos en Nehemías, "el pueblo tuvo ánimo para trabajar", nada cambiará en nuestras vidas. Ellos determinaron quedarse sujetos al trabajo. A.W. Tozer, un reconocido escritor y comentarista cristiano, expresó esto muy bien: Todo agricultor conoce el hambre del desierto. Esa hambre que ninguna maquinaria moderna, ningún método moderno de agricultura puede destruir. No importa lo bien preparado que esté el terreno, lo bien mantenidas que estén las cercas, lo cuidadosamente que se hayan pintado los edificios, si el propietario se descuida por algún tiempo, las valiosas y apreciadas hectáreas se convertirán otra vez en rastrojos y serán tragadas por la selva y por la tierra desolada. La propensión de la naturaleza es hacia el desierto, nunca hacia el campo fructífero.

Quizás nuestro corazón está descuidado, nuestras vidas están como esos muros caídos de Jerusalen, y el caos parece prevalecer. Lo importante es no conformarnos con el sólo hecho de arrepentirnos. Necesitamos reconstruir! Perseverar nunca, rendirse jamás, decía el nombre de una película. Este libro de Nehemías puede tratar sobre algunos hechos teóricos sobre el liderazgo, pero lo que verdaderamente importante es que no vivamos con los muros caídos.

Oremos para que el Espiritu Santo utilice ésta historia para renovar nuestra fe y nuestra perseverancia en buscar a DIOS.

1 comentario:

  1. Muy buena enseñanza, siempre he estudiado este libro y lo comparto con las familias, pues NEHEMIAS coloco cada familia en cada puerta para restaurar

    ResponderEliminar