Somos uno para el otro, manzana!

Hoy me desperté enojado. Quizás sea fruto de algunos comentarios que recibí sobre el post que titulé si existe o no tu media naranja. En ese post, quise dejar la pelota picando para todos lados, pero obviamente si alguien lee entre líneas, se ve claramente mi postura con respecto al tema. Y la frase que me quedó revoloteando por mis neuronas fue: -Pero si somos el uno para el otro...

Quizás lo que mas me disgusta de ésta frase no es el el fundamento sino lo que genera a futuro. La frase, en forma, implícita, te hace hacer la plancha en la relación de pareja, si total somos uno para el otro.

Me encanta que la gente se enamore, se quiera y se sienta correspondida/o en el amor, pero me revienta que la gente se siente a esperar que su relación crezca haciendo la misma nada.

Cuando dije "manzana" en el título, quise decir definitivamente NO, ya que si fuera tan perfecto el amor, no habría tantos divorcios. Uno de cada 3 matrimonios argentinos se divorcia y el 60% de las rupturas de parejas es impulsada por las mujeres, destaco un estudio publicado por María V Bertoldi de Fourcade, jueza del fuero de familia de la provincia de Córdoba. En el periódico La Voz se publicó el 21 de marzo del 2010 que de cada 10 parejas que piden matrimonio, 6 piden el divorcio.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los números asustan o reflejan una triste realidad. No sé. Pero hay un divorcio cada media hora. Ver noticia. Otro dato que sobresale es que el 91,5% de las personas implicadas en esos 5866 divorcios rompen su primer matrimonio, mientras que un 70%  (un 32,8% entre 10 y 19 años y un 36,8% dos décadas o más) son parejas que llevan más de diez años de casadas. A ello se suman las separaciones de las parejas de hecho, de cuya desvinculación quedan escasos registros, salvo en los casos que deben acordar la manutención y otros asuntos relacionados con la tenencia de los hijos en común.

Si bien los números son fríos, nos ayudan a entender, que no hay amor que dure para siempre o si lo hay, si se trabaja, si se generan diálogos, si diariamente cultivamos el amor como si fuera una plantita. A veces, tenemos que vivir momentos difíciles, para comprender que si no trabajamos la pareja, será difícil seguir creyendo que somos el uno para el otro.

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