Siempre me ha llamado la atención cuando veo los juegos olímpicos observar las carreras de remo. Ver al el equipo de remo y cómo logran sincronizar los movimientos de tal manera para que pueden avanzar más rápido y en la dirección correcta, es asombroso. Lo mismo sucede en nuestras familias y nuestros servicios. Es probable que tengas un ministerio o un servicio muy importante dentro de la iglesia, pero si eso está descuidando el objetivo familiar entonces algo no anda bien. Existen muchas historias y las he escuchado de primera mano, donde la ausencia de un padre de la casa por motivos realmente válidos hicieron que sus hijos hoy, no esten en el camino del Señor. Me gustaría que recibas éstas palabras de un esposo, un papá y un convencido de que el verdadero testimonio que nuestra sociedad necesita hoy, son familias sólidas. A mis hijos no les puedo hablar desde una plataforma. No me sirve de nada viajar por el mundo o tener todos los ministerios posibles en mi iglesia local, si no logro conocer que propósito tiene Dios para mi familia. Por eso estamos estudiando Nehemías. Por eso seguimos buscando como mejorar nuestras preguntas.
- ¿Estoy yendo para el mismo lado que mi familia?
- ¿Conozco las necesidades de mi esposa?
- ¿Hablo con mis hijos?
- ¿Están contentos con el papá que tienen?
- ¿Estoy balanceando bien mis horarios entre el trabajo, el ministerio y mi familia?
Hoy es un buen día para replantear la agenda y ver cómo organizar nuestros tiempos de tal manera que Dios sea el centro de nuestra familia.
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