La puerta vieja en Nehemias 3:6

Para un tipo como yo, que le encantan las cosas "retro" llegar a ésta puerta es casi como para una mujer que al entrar al shopping en un día de liquidación, vé que no hay nadie. Es casi lo mismo.

Dice el vs 6 del Cap 3 de Nehemías La puerta vieja fue restaurada por Joiada hijo de Paseah y Mesulam hijo de Besodías; ellos la enmaderaron y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y cerrojos.  

Como en los versículos anteriores la palabra "restaurada" denota que "fue fortalecida". La invitación a fortalecer la puerta vieja es lo que justamente menciona el profeta Jeremías 6:16 Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cual sea el buen camino y andad por el y hallaréis descanso para vuestra alma.

Una de las historias que mas nos gusta enseñar a nuestros hijos, es la que encontramos en Josué 4, sobre las 12 piedras del Jordan. En los vs. 21 y 22 dice que si mañana vuestros hijos les preguntan qué significan éstas piedras, ustedes dirán que Israel pasó en seco por éste Jordan. Ésto es literalmente visitar la puerta vieja. Dios sabe que somos de memoria frágil y nos olvidamos muy facilmente, al igual que el pueblo de Israel, por eso dejó les pidió que dejen señal y que saquen las 12 piedras del fondo del rio Jordán.

Luego de conocer a Jesús en la puerta de las ovejas, luego de ser testigos de su gracia y su amor en la puerta del pescado, llegamos a la puerta vieja donde necesitamos profundizar nuestra relación, echar raíces, meditar y conocer al buen pastor.

Al restaurar la puerta vieja y poner sus cerraduras, hacemos dos cosas simultáneamente. Primero fortificamos nuestra vida ante el enemigo que quiera venir a echarnos en cara nuestro pasado, pues Cristo murió por nuestros pecados y su sangre nos limpió. Segundo al restaurar la puerta comenzamos a conocer las sendas antiguas, los caminos de Dios y comenzamos a conocer su palabra. Es interesante que ésta puerta fue edificada por Joiada, que su nombre significa "Jehová conoce".

Aplicación práctica en tres preguntas combinadas:

1. ¿Somos personas que se dejan conocer por Dios? ¿Abrimos nuestro corazón ante el? 
2. ¿Estoy profundizando mi relación y mi conocimiento por su palabra? ¿Tengo hambre espiritual? 
3. ¿Qué milagros Dios ha hecho en mi vida que necesito recordar? ¿Lo estoy compartiendo con mis hijos?