"... en realidad a mi me encanta que sea feliz y tenga su tiempo con sus amigas, pero me pongo mal porque quiero que sepa que la extraño y por eso se la hago difícil..."
"... es obvio lo que me pasa, ella se tiene que dar cuenta..."
"... mas claro no puedo ser y aun así no
se da cuenta de lo que me pasa..."
"... quiero que sepa que lo amo y por eso lo recibo con toda la casa limpia..."
"... quiero que sepa que la extraño y por eso cuando llegue a casa le diré: Hoy pasará algo?..."
Si bien ésta publicidad reciente de Ibuevanol recoge una idea similar a lo que quiero compartiles. Lo ilustrativo de éste concepto es cómo nos especializamos en decir cosas que no son, cuando realmente queremos algo distinto o literalmente lo contrario.
Algunas de éstas declaraciones son parte de mi nuevo desafío, que lleva por título éste post "hablar del problema de las indirectas en el matrimonio" y la idea la tengo en la cabeza hace varios días pero hoy en el subte escuchando a un hombre hablando con (imagino) su esposa por celular, vi sus caras y lo que decía y cómo lo decía, entonces me decidí a escribir.
Vivir en mundo de las indirectas no está bueno. Ella supone que El lo sabe. El supone que Ella se dió cuenta. Y así podríamos seguir elaborando teorías y al final del camino nos encontramos con relaciones muy desgastadas o lo que es peor, poca preocupación por realmente ser directo con la persona que amamos.
Podemos cansarnos del trabajo. Podemos aun cansarnos de atender a nuestros hijos. Pero NO debemos cansarnos de ser directos, francos y puntuales con la persona que amamos. Sé que pido algo que no es fácil, pero tampoco es imposible. El problema de las indirectas se resuelve con diálogo y con mucho trabajo donde ambos deben poner cada uno su parte. Atenti que éste problema tampoco esto se resuelve de la noche a la mañana, todo tiene su tiempo y su lugar para conversar.
Dejemos a las indirectas para el mundo de las publicidades y vivamos nuestro amor en vivo y en directo!
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